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El cazo de Lorenzo

Este precioso cuento nos habla sobre las personas que nos hacen sentir especiales. Disfrutadlo!!!!! 
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http://www.youtube.com/watch?v=K0usZT3LGOQ

Habitaciones con televisión para niños y niñas

Por Charo Chía García

¿Cómo podemos luchar contra un gigante tan atractivo y poderoso que es capaz de envolvernos en un momento con sus imágenes en alta definición y su sonido? ¿Cómo podemos enfrentarnos como padres y madres a ese poder hipnótico al que nosotros mismos sucumbimos en algún momento del día? ¿Con qué autoridad moral, con qué argumentos?...

No puedo por menos que, al oír a algunos padres con los que trabajo decir: “lamentablemente la sociedad en la que vivimos ha dotado a los niños y niñas de todo lo que quieren”, contestar: “perdóneme, los ha dotado usted” porque hasta donde yo sé la naturaleza no da televisiones en las habitaciones de los niños y niñas.

Quiero desde aquí expresar mi opinión al respecto desde mi experiencia e investigación de varios años en el trabajo con grupos y terapias familiares.

Cuando un padre o madre decide poner televisión en la habitación de un niño o niña las excusas que pone son tremendamente comunes a todos los demás padres y se resumen en 3:

1.- Para que el niño o niña duerma mejor

Esta es la más común y la más equivocada.

Un niño o niña necesita dormir al menos 8 horas. Es por salud, no es por capricho, necesita estar descansado para el esfuerzo que le supone levantarse temprano, ir al colegio, a las actividades extras… en definitiva mantenerse de pie todo el día.

Quizás en algún otro momento hablaré de otro ingrediente tan importante para los niños y niñas como el hábito y la rutina de los horarios y la importancia de respetarlos. Será en otro momento.

Pensemos que muchas veces a los adultos los días se nos hacen eternos y podemos estar con la sensación de cansancio todo el día aun habiendo dormido y ya sabemos como nos sentimos cuando por algún motivo no hemos podido dormir las horas necesarias. En los niños y niñas es exactamente igual o peor, porque además están creciendo y desarrollándose.

Para que un niño o niña duerma bien necesita: Silencio, oscuridad (ó semioscuridad) y estar cansado. Ninguna de estas cosas son compatibles con tener la televisión encendida. Lo único que conseguiremos será que pierda el poco o mucho sueño con el que lo hemos mandado a la cama (y digo mandar porque normalmente no quieren irse) y que se sobreexciten con lo que están viendo. No nos engañemos, no solo hay programas para adultos en la televisión por la noche. Gracias a la TDT hay canales para niños y niñas que emiten hasta bien entrada la noche o simplemente al no estar bajo nuestra vigilancia verán esos espacios dedicados a los adultos y que luego nos hace tanta gracia que imiten.

Inconscientemente estamos provocando insomnio en nuestros hijos e hijas que se manifiesta con claridad a los 14 años cuando las consecuencias van más allá del cansancio físico ya que están desarrollando su metabolismo y nos encontramos con problemas de fatiga, obesidad, tristeza, soledad, bajo rendimiento escolar…

Cuando le preguntamos a un adulto por que lee antes de dormir, obtenemos dos respuestas que aunque parecen diferentes tienen un mismo fondo: una que lee para provocar el sueño y otra que es para relajarse con una lectura que le resulta atractiva.  Inevitablemente la relajación que nos supone la lectura nos ayuda a dormir. Nadie lee un libro que sea aburrido para que le provoque el sueño, los libros que tenemos los adultos en las cabeceras de las camas suelen ser nuestros favoritos e incluso libros que ya hemos leído.

Habréis observado que los niños y niñas también quieren que les leamos el mismo cuento una y otra vez, hasta ciertas edades, son ellos los que nos piden que seamos nosotros los que les leamos antes de dormir, porque con nuestra voz les ayudamos a relajarse y a conciliar el sueño. Sin embargo, hemos de tener en cuenta además que la mayoría de ellos cuando empiezan un cuento o un libro quieren terminarlo y eso les puede causar la misma excitación que la televisión.
 
2.- Para que esté entretenido

¿El niño o niña o usted?

Esta es otro motivo que oigo muy a menudo. Qué duda cabe que los momentos de tranquilidad que necesitamos los adultos durante el día son tan necesarios como los del sueño, pero eso no puede ser una excusa para que nuestros hijos e hijas tengan televisión en su cuarto. Tendremos que plantearnos como gestionar ese tiempo para que nuestros hijos e hijas estén entretenidos mientras nosotros ocupamos parte de nuestro tiempo de ocio y entretenimiento como adultos. Hay mil fórmulas que no son necesariamente sencillas. Cada uno ha de tener su espacio y tiempo de ocio y luego tener otro tiempo común de familia.

Les estaremos ayudando en su desarrollo cognitivo si les ofrecemos actividades educativas y de ocio acordes con su edad y personalidad. Pero esto nos costará un poco de esfuerzo para buscarlas y prepararlas, y no nos engañemos, la mayoría de los padres no están dispuestos: “Mejor que vean la tele y se despejen” suele ser una expresión muy utilizada. 

3.- Para que tenga su propio espacio y se sienta bien en su habitación

Vamos a ver, es cierto que necesita su propio espacio pero ¿para qué creemos que un niño necesita su espacio? 

Pues concretamente para tres cosas:

1) Para poder desarrollarse personal e intelectualmente. Crearle un espacio que tanto de cara al estudio como a la lectura, sea adecuado y agradable y que invite a la concentración.

2) Para relajarse. Según hemos visto en los puntos anteriores la relajación y el descanso se lo va a facilitar el silencio y la oscuridad de la habitación

3) Para divertirse, ya que la diversión no ha de ir asociada a ver la televisión en su habitación, caeremos en un error si lo hacemos así. Hemos de enseñarles juegos y opciones de entretenimiento que impliquen socialización e interacción con otros niños y niñas y también a gestionar su individualidad.


Por tanto, los adultos muchas veces ponemos la tele simplemente por tenerla de fondo, por sentirnos acompañados, pero para un niño ó niña es totalmente diferente, cuando un niño ó niña ve la tele, ve la tele, es decir, no se limita a tenerla de fondo mientras juega, la ve, se hipnotiza con ella y muchas veces arrancarlo de ahí nos cuesta rabietas y enfados.

Añadamos a esto la dificultad de distinguir la realidad de la ficción o de cómo la información en lenguaje para adultos llega incompleta a un niño ó niña, por la rapidez en las imágenes, por sus contenidos, por el lenguaje empleado… todos estos elementos hacen que no puedan pensar, participar ni opinar.

Los niños y niñas desde los 1-2 años ya absorben las emociones de la televisión, solo 20 segundos de atención y son capaces de reproducir exactamente lo que acaban de ver. Es por ello la importancia de escoger programas que sean educativos y formativos a estas edades.

La televisión es un medio que crea opinión y con el que tenemos que tener cuidado ya que debido a su inmediatez es de gran impacto para nuestros hijos e hijas: Por  un lado despiertan en ellos deseos consumistas, que debidos a una publicidad excesiva los lleva a desear juguetes, consumir productos poco recomendables para su dieta… y por otro lado convierten los contenidos inadecuados de sexo y  violencia, dotados de unas realidades para las que ellos no están preparados, en una forma segura de entretenimiento a sus ojos.